Texto Bíblico
Hechos 3:1-10 NVI
Introducción
La movilización es sinónimo de impartición de la gracia de Dios y el poder del Espíritu Santo sobre aquellos que lo necesitan. En dicho contexto, todos nosotros soñamos con una Iglesia que traiga la realidad del Reino y su transformación y por lo mismos convocados para impartir de la vida de Jesús. Por ende, se nos hace necesario recordar que la acción del Espíritu Santo es más que fundamental para llevar a cabo la misión encomendada por nuestro Dios.
El ejemplo de Pedro y Juan nos muestra un ministerio efectivo, y que genera un alto impacto en su entorno. Precisamente, en el encuentro de éstos con aquel cojo que mendigaba, en la puerta del templo de Jerusalén llamada la hermosa, podemos observar las claves, para que, en lo individual y colectivo, podamos ser aquellos canales y agentes de transformación en medio de las diversas realidades con las cuales convivimos.