Éxodo 4:24 - 26 (NVI)

Texto Base

INTRODUCCIÓN

Llevar a cabo la visión de Dios no es sencillo, ya que implica costos y la experiencia dolorosa de tomar decisiones difíciles. A pesar de todo, son esos momentos donde nuestro carácter y fortaleza se ven moldeados, permitiéndonos realizar la visión de Dios con integridad.

El pasaje bíblico que estamos estudiando hoy es probablemente uno de los más difíciles de interpretar. En él se describe un evento misterioso en el que Dios confronta a Moisés de manera contundente, ya que Moisés no había circuncidado a su hijo. Dios exige que se realice este acto correctamente antes de que Moisés entre en Egipto y comience a cumplir el propósito divino:

²⁴ Ya en el camino, el Señor salió al encuentro de Moisés en una posada y estuvo a punto de matarlo. 

²⁵ Pero Séfora, tomando un cuchillo de piedra afilada, cortó el prepucio a su hijo; luego tocó los pies[b] de Moisés con el prepucio y dijo: «No hay duda. Tú eres para mí un esposo de sangre». 

²⁶ Después de eso, el Señor se apartó de Moisés. Pero Séfora había llamado a Moisés «esposo de sangre» por causa de la circuncisión.

Éxodo 4:24-26 NVI

 

No obstante, este fragmento nos ayudará a entender cómo la visión de Dios nos llevará a aceptar definiciones que son fundamentales para avanzar en el camino de su proposito para nuestras vidas

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