Un encuentro que restaura

Escrito el 28/11/2021
Pastor Eugenio Espinoza


Texto Base:

Juan 5:1-18 (RV60)


Introducción 

Dios es un Dios de restauración. Las páginas de la Biblia dan testimonio de esa realidad permanentemente, pues a lo largo del texto bíblico encontramos como la vida de diversas mujeres y hombres, fueron afectadas por su gracia y poder. En ese sentido, debemos entender la restauración cómo la recuperación de una situación anterior o perdida de algo. Restauración es sinónimo de enmienda, sanidad y nuevo comienzo.

El evangelio de Juan nos presenta un relato de un poderoso milagro de restauración. El marco de este se concentra en el estanque de Betesda, cuyo nombre significa “casa de misericordia o restauración”, lugar que tenía a su alrededor cinco pórticos en los que se cobijaban una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos. Según la creencia popular, de tiempo en tiempo, un ángel descendía y tocaba las aguas, de este modo el primer enfermo en sumergirse era sanado: 

Y hay en Jerusalén, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado en hebreo Betesda, el cual tiene cinco pórticos. 3 En éstos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua. 4 Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese. 5 Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo
Juan 5:1-5

El relato explicita que en dicho lugar se encontraba un enfermo, paralitico, ya hace treinta y ochos años. Fue través del encuentro con Jesús que este experimentará la verdadera restauración de su condición. En su experiencia rescataremos tres principios fundamentales de restauración que son plenamente aplicables a cada una de nuestras vidas.  


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